Meditación, sanarse por dentro

Es uno de los métodos más antiguos para recobrar el equilibrio y la salud emocional. La meditación nos ayuda a estar más centrados y despiertos cada día.

La idea fundamental es que todos tenemos un centro interior donde nos sentimos seguros y fuertes; esto es algo que existe en todas las personas, independientemente de su inteligencia, cultura, educación o edad. Así, nuestra capacidad para resolver problemas y tomar decisiones se despierta cuando estamos en contacto con nosotros mismos. Sin embargo, aunque todas las respuestas están en nuestro interior con frecuencia no sabemos acceder a él. La meditación es un método para poder contactar con nuestro ser.

Es importante recalcar esto, se trata de conectar con algo interno, algo bello y hermoso que somos y que ignoramos. No se trata de convertirse en alguien distinto porque lo que somos ya es perfecto.

Elegir entre vivir o ser una víctima del sufrimiento

Cuando empezamos a practicar meditación descubrimos que toda nuestra infelicidad, nuestras inseguridades, frustraciones y demás están relacionadas con nuestra manera de ver la vida y de vernos a nosotros mismos. Así, entendemos fácilmente que si queremos sentirnos mejor necesitamos ver la vida de otro modo y conocernos mejor. A menudo esto lo sabemos pero no conocemos el modo de hacerlo. Aquí es donde la meditación nos puede servir.

La fuerza mental

Lo primero que aprendemos al meditar es a fortalecer la mente. Con frecuencia experimentamos que los problemas de la vida nos desorientan y perturban; y sin poderlo evitar reaccionamos con miedo, resentimiento, adicciones, etc. Así es como perdemos nuestro equilibrio. Por tanto, necesitamos conseguir que no nos afecten tanto las cosas. Uno de las técnicas de meditación que nos ayuda en este objetivo es observar la respiración.

Meditación uno:

Busca un lugar donde no haya excesivo ruido, siéntate con la espalda derecha, (es mejor meditar sentado, pero si tienes problemas puedes hacerlo tumbado). Cierra los ojos y observa tu cuerpo. Simplemente observa cómo te sientes y cada vez que sueltes el aire al respirar, deja que el cuerpo se vaya aquietando y aflojando. Cuando notes el cuerpo un poco más tranquilo, lleva tu atención a la respiración. Respira con naturalidad y trata de permanecer contemplando cómo el aire entra y sale de tu cuerpo durante tres minutos sin distraerte.

Meditación dos:

Para muchas personas meditar con sonido resulta muy poderoso y revitalizante. En esta práctica una vez que has llegado al punto en que tu cuerpo está más tranquilo, empiezas a repetir un sonido. Debes tratar de no pensar en nada y dejarte llevar por el sonido. Puedes usar cualquier sílaba pero hay sonidos que se han utilizado desde muy antiguo porque tienen un efecto muy especial en las personas. Uno de ellos es OM. De modo que lo que puedes hacer es repetir el sonido OM muy despacio y notando cómo te resuena por dentro. En oriente se dice que es un sonido que ya tenemos todos dentro, y así es cómo vibra la esencia de la persona. Puedes hacer esta práctica durante cinco minutos y cuando acabes, quédate en silencio sintiendo el efecto que ha producido en ti.

Una vez que has fortalecido la mente, hay otras meditaciones que te ayudaran a despertar tus cualidades y capacidades internas. Son prácticas que se emplean para lograr objetivos diversos, por ejemplo:

· Despertar la conexión con los demás
· Soltarte de las cosas que te aprisionan
· Ser más imparcial y ecuánime
· Aumentar tu capacidad de ayudar a los demás
· Conseguir que no te afecten tanto los problemas
· Conocerte a ti mismo
· Etc.

Meditación tres:

Una vez que hayas aquietado el cuerpo como en la meditación uno, toma conciencia de ti mismo. Mira cómo a lo largo de tu vida ha cambiado tu aspecto físico y seguirá cambiando, observa cómo cambian constantemente tus emociones y sentimientos, reconoce el cambio constante en tus ideas y pensamientos. Es decir, date cuenta de que no has sido siempre como ahora y de que pronto serás diferente. Tu cuerpo, tus emociones y tu mente, van a seguir cambiando. Ahora busca en ti lo que no ha cambiado en todos estos años, lo que nunca cambiará. Pon tu mente unos minutos en lo que verdaderamente eres, aunque no le puedas poner palabras.



Meditaciones según tu signo

Calma tu cuerpo y tu mente como en la meditación tres y luego, desde lo más profundo de tu ser deja que surja la breve plegaria que se corresponde a tu signo. Intenta sentir que no eres tú quien la repite sino que nace de tu esencia primordial.

Aries: Que mi valor me lleve a abrir nuevas sendas en la vida.

Tauro: Que hoy pueda centrarme en mi jardín interior y haga crecer lo que de verdad necesito.

Géminis: Que comparta fácilmente mis ideas y encuentre compañeros del alma con cada palabra que exprese.

Cáncer: Que mi corazón y sensibilidad sean hoy nutridos de recuerdos agradables y creatividad.

Leo: Que mi imaginación y vitalidad sean la fuerza apasionada que cambie mi vida a mejor.

Virgo: Que hoy pueda escuchar los mensajes de sanación que mi cuerpo me envía y formas de dar a mi cuerpo lo que necesita.

Libra : Que mi profundo amor por la belleza me lleve hoy a crear algo hermoso.

Escorpio: Que dotado del poder de la renovación, pueda levantarme una y otra vez.

Sagitario: Que consiga expresar los ideales de mi alma con claridad y compasión hacia mí mismo y los demás.

Capricornio: Que tenga presente mi responsabilidad más importante de expresar mi verdadero ser.

Acuario: Que hoy esté receptivo a nuevas ideas que me ayuden a reforzar los lazos de la comunidad universal.

Piscis: Que mi profunda intuición sea provechosa para todas mis relaciones.