El misterio de la capacidad adhesiva de los gecos

A muchos les vendrá a la cabeza la imagen de Spiderman cuando hablamos de los llamados gecos o gecónidos, cuya capacidad para caminar por techos, paredes e incluso superficies tan lisas como el cristal no deja de sorprender a los expertos, que llevan décadas intentando imitarlos.


Ahora, un nuevo estudio ha revelado parte del misterio gracias a simulaciones que muestran cómo los gecos tokay, una especie originaria de Asia, cambia el ángulo del vello de sus dedos para que sean más o menos pegajosos.

Mientras otras criaturas segregan líquidos para agarrarse a las superficies, recientes estudios han demostrado que las fuerzas que mantienen a los gecos adheridos a las superficies son las llamadas fuerzas de Van der Waals, que se producen cuando los electrones de un átomo crean un campo magnético que estimula y atrae los electrones de un átomo cercano. 


«Son las más débiles de las fuerzas interatómicas que se conocen», afirma el coautor del estudio P. Alex Greany, de la Universidad Estatal de Oregón (Estados Unidos). «Resulta sorprendente que estos animales puedan utilizarlas». Y lo hacen gracias a la anatomía de sus dedos, que cuentan con millones de minúsculos pelillos llamados satae que a su vez se ramifican en miles de millones puntos de contacto llamados spatulae. 



Estos puntos les permiten ampliar el contacto con las superficies, repartir la carga de su peso y aumentar exponencialmente la atracción entre ellos y la superficie.

Pero ¿cómo se despegan si quieren dar un paso? Según ha descubierto el equipo de científicos, la clave están en el ángulo de los pelillos.


Gracias a un modelo matemático, los expertos han descubierto que los gecos cambian el ángulo de los setae para desprenderse con facilidad de una superficie. Es más, los diminutos filamentos son curvos, lo que les permite almacenar gran cantidad de energía y cambiar con rapidez de dirección, según señala Greany.

La nueva investigación será de gran ayuda para los científicos que llevan décadas tratando de imitar la capacidad adhesiva de los gecos para, por ejemplo, fabricar adhesivos para las bases y pies de robots o incluso conseguir que el hombre trepe por paredes, un sueño para los seguidores de superhéroes como Spiderman.