Benedicto XVI se despide de los fieles en el Vaticano: "He tenido momentos difíciles"

Benedicto XVI celebró este miércoles su último acto público en el
Vaticano como papa, la audiencia pública de los miércoles, y abandonó la
plaza de San Pedro en medio de una gran ovación y gritos de "Viva el papa" lanzados por los más de los 150.000 fieles presentes.

En su discurso, el pontífice confesó que, durante su mandato al
frente de la Iglesia, ha tenido momentos de alegría, "pero también difíciles".
"El Señor nos ha dado muchos días de sol y ligera brisa, días en los
que la pesca fue abundante, pero también momentos en los que las aguas
estuvieron muy agitadas y el viento contrario, como en toda la historia
de la Iglesia y el Señor parecía dormir", aseguró.

"Amar a la Iglesia significa también tener la valentía de tomar decisiones difíciles,
teniendo siempre presente el bien de la Iglesia y no el de uno", dijo
para justificar su marcha por motivos de salud y falta de fuerzas. "He
dado este paso sabiendo su profunda gravedad y novedad, pero con un
ánimo sereno", añadió.

La audiencia se prolongó durante una hora y media. En ese tiempo, no
cesaron los gritos de apoyo. Al final de la misma, Benedicto XVI pidió
que recen por él y por los cardenales "llamados a la delicada tarea de elegir a un nuevo Sucesor en la Cátedra del apóstol Pedro".

Al final del acto no tuvo lugar el tradicional besamanos
(el reducido grupo de cardenales, obispos y personalidades a los suele
saludar todos los miércoles), ya que según el portavoz vaticano,
Federico Lombardi, todo el mundo querría despedirse y así se evitan
preferencias.

El papa sí saludó en privado, en la sala Clementina del palacio apostólico, a las autoridades
que estuvieron presentes, como el presidente de Eslovaquia, Ivan
Gasparovic, y los Capitanes Regentes de San Marino, y el Copríncipe de
Andorra, Joan Enric Vives.