Diferencias entre el cerebro masculino y el femenino

Al parecer el cerebro tiene sexo, o dicho de otro modo, el cerebro de las mujeres es diferente al de los hombres. Eso sí, estamos hablando de cuestiones neurológicas.

La explicación de esta diferencia está en que cuando un feto se está desarrollando en el vientre materno, y dada la presencia de un cromosoma Y, que determina que el feto será un varón, a las seis semanas, cuando ya se están formando los testículos, estos liberan testosterona, que llega a la corriente sanguínea y de ahí al cerebro. Esta testosterona afecta el crecimiento de algunas partes del cerebro, como el de los núcleos intersticiales y de algunas zonas del hipocampo, y también determina un desarrollo más importante del hemisferio derecho.

Y dada las consabidas diferencia entre los dos hemisferios del cerebro, el hombre con un parte derecha del cerebro más desarrollada tiene más habilidades en lo relacionado con el espacio y lo visual. Mientras, la preponderancia del hemisferio izquierdo determina que las mujeres posean mayores habilidad para la comunicación y la sociabilidad.

Claro está que estas cualidades innatas del cerebro de cada sexo se ven matizadas por multitud de factores que también influyen, desde la historia de vida de cada personas, pasando por factores genéticos, hasta las condicionantes culturales. Sin embargo, está bastante claro que los hombres, en promedio, tienen un mejor desempeño en la parte visual-espacial-geométrica-matemática; o sea, para el movimiento en el espacio, la orientación y la determinación de trayectorias (aunque se de la paradoja que son los hombres los fanáticos de los autos y las mujeres las que tienen menos accidentes).

Además, los hombres tenemos un notorio componente de agresividad en la personalidad, y algunas otras habilidades de distinta índole como las aptitudes para la música y el ajedrez. En cambio, las mujeres son mejores para la comunicación y la sociabilidad y las tareas manuales de precisión, además de tener una notoria tendencia a la sensibilidad en su manera de ser. También son más perceptivas/intuitivas para el discernimiento de las emociones en los demás.

¿Pero de dónde vienen todo esto?… ¿Cómo se originó?…

Según la neurofisióloga Doreen Kimura, ésto se debe a un proceso evolutivo que viene de miles de años atrás, cuando dada la división social del trabajo, el hombre era el que cazaba y necesitaba esas cualidades (agresividad, espacialidad y orientación) para realizar su tarea. Mientras la mujer que cuidaba de los niños, preparaba la comida y se ocupaba de la vestimenta, para todo lo cual eran cualidades más que útiles la fina habilidad motora, así como la capacidad de socialización y la empatía con los demás integrantes del grupo.

Luego la evolución y la selección hizo que sobrevivieran mejor los hombres y las mujeres que presentaban de forma más marcadas estas cualidades, y con el tiempo estas características se volvieron parte de la información que compone el ADN de hombres y mujeres.

Lo paradójico del asunto es que las condiciones han cambiado mucho desde la época de los cazadores- recolectores, y ahora, en nuestro siglo XXI aún en pañales, muchos hombres y mujeres se encuentran como atrapados de su “supuestas” habilidades innatas. Así, por ejemplo muchos hombres esconden su sensibilidad, y hay mujeres que no encuentran la forma de mostrar su fuerza agresiva.