Deporte para los más pequeños

El verano más sano para tus hijos es el que aúna un poco de todo, descanso, ocio, estudio, familia, amigos... y deporte. Te proponemos los deportes más completos a todos los niveles que mejor se adecuan a esta estación, de los que tus hijos y tú podéis disfrutar juntos... ¡si te atreves!

Patina... y vuela

El patinaje sobre ruedas es una actividad sana y divertida, apta para todos los públicos. Relajante y gratificante a la vez, permite disfrutar del paisaje y de la compañía al mismo tiempo, superando largas distancias de manera divertida.
Entre sus ventajas destaca el bajo coste del material y la facilidad de su práctica, pues no precisa de mucha planificación y en cuestión de
minutos se puede estar patinando, eso sí, por un lugar adecuado para ello, como puede ser un carril bici o un paseo marítimo con buen suelo.
Como ejercicio es tan beneficioso, o más, para la salud como correr o montar en bicicleta, pues desarrolla los músculos de las caderas, los
muslos y las piernas con mayor facilidad, así como también los de la espalda, abdomen y brazos, pues para moverse adecuadamente el cuerpo
entero debe estar trabajando.

Cicloturismo en familia

¿Qué me dices de rutas en bicicleta para toda la familia? Ahora en casi todos los destinos vacacionales las ofertan porque la bicicleta permite
tener a la familia reunida en una actividad natural y deportiva muy divertida. A nivel infantil, el ciclismo proporciona al niño una excelente plataforma para el desarrollo integral de su cuerpo y su mente.
El respeto, la solidaridad, la empatía, la tolerancia, el esfuerzo y muchos otros más, son valores que se hacen presente en el deporte y por
supuesto también en el ciclismo, preparando al niño a enfrentarse a situaciones de la vida real con mayor seguridad y confianza. Además, no
es redundante recordar que el ciclismo a edades tempranas promociona la salud e introduce hábitos de vida saludables que podrán ser continuados en la etapa adulta.

La equitación

La equitación permite a los niños conocer, cuidar y respetar a un animal que inspira simpatía y respeto a partes iguales, pero sobre todo es un
deporte en el que aprenderán a disfrutar a lomos de un ser vivo. Esta práctica puede parecer poco física, sin embargo desarrolla la musculatura del tren inferior del niño, mejora su coordinación motriz, el equilibrio y su sentido de la orientación.
Junto a los beneficios físicos, al tener lugar en medio de la naturaleza y al ejercitarla en grupo, la equitación ayuda en la socialización del niño, fomenta la confianza y seguridad en sí mismo y mejora su capacidad de concentración y disciplina. Además, consigue que el pequeño adquiera dos valores fundamentales: responsabilidad y respeto por los animales y la naturaleza.