10 consejos para tener el abdómen plano

Tener un abdomen de atleta, sin grasa y con pura fibra, no es una tarea sencilla pero tampoco es imposible de lograr.

Conseguir una panza chata no sólo traerá una figura admirable sino que además será un síntoma debuena salud.

No se trata de comer poco sino lo suficiente para mantener el metabolismo en movimiento y quemando calorías demás.

Para lograr ello es necesario hacer tres comidas y tres colaciones con buenos nutrientes, como proteínas, fibras y calcio.

Para tener una panza chata no alcanza tan solo con cuidarse en las comidas y hacer los tan indeseables abdominales.

Según recientes estudios, el estrés, la ansiedad y la mala costumbre de comer rápido son algunas de los factores que mas contribuyen a tener una panza prominente.

Levantarse temprano y tomar un rico desayuno es importante para el éxito de una buena dieta. Los nutricionistas aconsejan un cambio de vida y de actitud.

Hacer ejercicio es muy importante ya que todas las partes del cuerpo deben ejercitarse, así que es necesario que armes un circuito aeróbico para trabajar todos los músculos con un pequeño descanso entre un ejercicio y otro.

Los malos hábitos, como comer bajo tensión y de manera acelerada producen que se trague aire, que al ser retenido, provoca distensión.

Siempre es aconsejable cuidar nuestro cuerpo y elaborar un plan que incluya una dieta sana, ejercicio planeado y control médico.

La práctica de una actividad física, no sólo ayuda a quemar calorías sinó que también generará que todo nuestro organismo esté en perfecto funcionamiento. Deben ser practicados con frecuencia el ejercicio aeróbico (para aumentar la circulación y gastar calorías) asociado a ejercicios localizados (para endurecer la región abdominal).

Para trabajar el abdomen la contracción debe realizarse desde el esternón hacia la pelvis. Realizar con regularidad esta serie de ejercicios, no sólo aporta beneficios estéticos, sino mejora la postura, activa la circulación y las funciones sexuales, contribuyendo de esta manera a mejorar nuestra calidad de vida.

Los famosos ejercicios abdominales por sí solos no sirven, porque sólo tonifican los músculos, pero no quitan las grasas. La clave para quemar calorías y evitar que se acumulen en la panza o las caderas está en mantenerse en movimiento, evitando el sedentarismo. Lo ideal es que cada 2 horas se realice algún movimiento. Esto debe incluír estiramiento de piernas, tensando los músculos y endureciendo la cola para evitar que los músculos de la panza se pongan laxos y salten hacia afuera). Hacer pilates o streching es una buena manera de lograrlo. En caso de que no tengas tiempo de ir a un gimnasio, no olvides hacerlo en tu casa. Salir a correr o nadar es importante para tu salud cardiovascular.

Los masajes también son recomendables. Hacer sesiones de masoterapia para complementar los ejercicios es una buena idea, principalmente para quitar la adiposidad instalada entre la piel y el músculo.

Un buen tránsito intestinal se obtiene mediante la ingesta de fibras, presentes en las verduras como el brócoli y las zanahorias, en las frutas como las ciruelas, las manzanas y las peras, así como tabmién en las lentejas y cereales en general.

El intestino juega un papel clave para su salud. Cuando la digestión funciona correctamente y la comida se asimila adecuadamente, mejora el sistema inmunológico y la calidad de vida. Sin embargo, algunos factores pueden alterar el funcionamiento de este órgano y cambiar la flora intestinal, como la ingesta de antibióticos, la mala alimentación y el exceso de tensión.

En estos casos lo que existe es hinchazón abdominal, flatulencia e indigestión. Para evitar esto, es aconsejable tomar uno o dos yogures al día, rico en lactobacilos vivos (el producto puede ser de soja, si lo prefiere). No te olvides de las hojas verdes y verduras ricas en fibra, que previenen el estreñimiento y promueven el funcionamiento del intestino.

La grasa tiene una digestión más lenta y los alimentos grasos terminan por permanecer más tiempo en el tracto gastrointestinal y favorecen el aumento de su volumen.

Comer sano es lo más simple y a la vez complicado de lograr. La clave está en reducir a casi nada el consumo de azúcares y sal, eliminando snacks, comidas al paso, golosinas y productos industriales. Es mut bueno comer más frutas y vegetales crudos, y además sumar proteínas a tu dieta con carnes magras y lácteos descremados.

No se trata de comer poco sino lo suficiente para mantener el metabolismo en movimiento y quemando calorías demás. Para lograr ello es necesario hacer tres comidas y tres colaciones con buenos nutrientes, como proteínas, fibras y calcio.

Elija pastas, galletas, cereales y panes integrales. Los alimentos elavorados con harinas blancas refinadas son bajas en fibras y nutrientes y además pueden causar hinchazón abdominal. Recuerda que el pan hincha

Aunque parezca una contradicción, cuanto más agua que su cuerpo retiene, más líquido necesita beber para diluir los minerales en los tejidos y poder eliminarlos a través de la orina.

La recomendación usual es beber ocho vasos de agua al día. Sin embargo, es aconsejable distribuir esta cantidad durante todo el día y no beber por ejemplo cuatro vasos de agua seguidos, lo que puede provocar una distensión de los músculos abdominales y causar problemas digestivos.

Es fundamental tomar al menos 2 litros al día. Pero evite los líquidos durante las comidas (el jugo y el agua dilatan las paredes del estómago empujando el vientre).

De todos modos, no debemos abusar ya que el exceso de agua también puede hinchar tu estómago y dilatarlo. Un buen consejo a seguir es contar la cantidad de líquido perdido durante el ejercicio pesandose antes y después de la actividad. Si ha eliminado 0,5 kg durante el entrenamiento, habrá que hidratar y restaurar con unos 0,5 litros de agua.

Entre los alimentos que producen gases podemos mencionar a los refrescos, frijoles, pan frito, queso y conservas de carne, y embutidos como chorizo, jamón, salami y salchichas.

A veces el estrés, la mala digestión, intolerancia o alergia a ciertos alimentos puede dañar el sistema digestivo causando gases o hinchazón del estómago creando la apariencia de acumulación de grasa en la región abdominal.

Si usted se despierta con el abdomen chato, sin ninguna hinchazón ni rollito localizado, pero después del desayuno ya nota que su vientre está mucho más prominente; o si durante la noche se siente muy hinchado, el problema probablemente está relacionado con los gases. Busque un médico para descartar otros trastornos digestivos, e intente seguir una dieta controlada para identificar los alimentos que estimulan el exceso de gas, y así identificarlos para sacarlos de su dieta.

Es muy aconsejable también masticar de manera lenta. Una persona que come rápido puede acabar tragando aire junto con la comida, así como afectar la digestión. Además, el cerebro no registra la señal de saciedad tan rápidamente y por lo que terminan comiendo más.

Algunas personas tienen una intolerancia leve a la lactosa, y aunque este problema les cause algo de incomodidad, no les impide tomar leche y consumir productos lácteos sin sufrir serias dificultades digestivas.

Sin embargo, esta característica del organismo es suficiente para que la enzima que digiere la lactosa no está funcionando correctamente y el azúcar de la leche se fermenta en el tracto digestivo, causando hinchazón abdominal.

Para reconocer si usted sufre de este mal podemos hacer una prueba simple: tomar un vaso de leche o unos trozos de queso antes de dormir para despertar y aviso al día siguiente con abdominales cambiado. Si esto sucede, empieza a sospechar que usted tiene una intolerancia a la lactosa y consultar a un profesional que pueda guiarlos.

Si decide no comer productos lácteos, asegúrese de obtener su dosis diaria de calcio en su dieta, incluyendo soja, salmón, cebolla, brócoli, higos secos, etc.

Trate de pasar una semana reduciendo drásticamente el contenido de sal en sus platos y notará al final de siete días, que se ha perdido peso comiendo las mismas porciones de alimentos.

Ocurre que la sal provoca la inflamación de las células con una retención de agua para poder diluir el exceso de sodio. Por lo tanto, el cuerpo retiene más líquido.

Trate de reemplazar el uso de sal y moderar sus recetas con especias y jugo de limón.

Cada vez que se inhala y exhala usted puede ejercitar sus músculos abdominales de manera inconsciente.

Si usted aprende las técnicas de respiración yoga (respiración abdominal), será capaz de utilizar los músculos del tórax, la pelvis y la zona abdominal cada vez que respira.

Se sabe que una persona respira entre 10.000 y 15.000 veces al día, asique no es mala idea aprovechar esto para obtener el mayor beneficio para nuestra salud.

Podemos intentar el ejercicio siguiente varias veces a la semana: realizamos ejercicios respiratorios profundos, inhalamos por la nariz, a medida que entra el aire inflamos el abdomen, luego exhalamos por la boca mientras contraemos al máximo el abdomen, “hundiendo el ombligo bien adentro” y a la vez que ensanchamos las costillas. Una vez que largamos todo el aire mantenemos 10 a 15 segundos, cuanto más tiempo mejor, siendo lo ideal 20 segundos.

Una infusión con ciertos tipos de hierba puede ayudar a la digestión. Uno de los tés más populares para este propósito es Boldo, pero también puedes probar a otros, como la menta o el diente de león.

Son diuréticos natualres el hinojo, el apio, el cilantro, la berenjena y la escarola, el ajo, el limón, la nuez moscada, la cebolla, el perejil, la menta, la piña, la sandía y la fruta de la pasión.

Recuerde que el descanso es una parte fundamental de la vida sana. Si no se respetan las horas necesarias de sueño (de seis a ocho horas), no sólo tendrá que luchar para mantenerse despierto durante el día y sinó que estará mas propenso a engordar.

Las personas que duermen poco tienden a tener ataques de hambre compulsiva, comer más alimentos ricos en grasas y necesitar comer más tiempo para sentirse saciados.