Serpientes contra el estrés

El masaje de 90 minutos, que cuesta 32 euros, no es peligroso, afirma el gerente del 'spa', Paulus Abraham. Se desinfectan los reptiles con antiséptico antes de colocarlos sobre el cuerpo del cliente y se les tapa la boca con cinta adhesiva de modo que sólo puedan sacar la lengua.

Las pitones, que pueden llegar a medir 1,8 metros de largo, se enroscan sobre su estómago, acarician su cuello, levantando de vez en cuando la cabeza y sacando la lengua bífida con un silbido agudo.

Si son ellas las que se relajan y se quedan dormidas sobre el vientre del cliente, dos asistentes que vigilan a los reptiles se encargan de despertarlas para que vuelvan al trabajo.


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Si no lo veo no lo creo, la gente está más loca de lo que yo creía, a mí me ponen una serpiente de esas encima y el infarto está asegurado, qué miedo.