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La Leyenda Negra Española

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oculto La Leyenda Negra Española

Mensaje por Marina Mar 09 Ago 2011, 23:19

El diccionario de la Real Academia Española define leyenda negra como
«opinión contra lo español difundida a partir del siglo XVI» y como
«opinión desfavorable y generalizada sobre alguien o algo, generalmente
infundada».


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Ilustración de Theodor de Bry (1528 – 1598) inspirada en el siguiente pasaje de la Brevísima de fray Bartolomé de Las Casas: «Tomaban
las criaturas de las tetas de las madres por las piernas, y daban de
cabeza con ellas en las peñas. Otros daban con ellas en rios por las
espaldas, riendo y burlando y cayendo en el agua decían, "bullis cuerpo
de tal"; otras criaturas metían en la espada con las madres juntamente, y
todos cuantos delante de si hallaban. Hacían unas orcas largas que
juntasen casi los piés á la tierra, y de trece en trece, á honor y
reverencia de nuestro Redentor y de los doce Apóstoles, poniéndoles leña
y fuego los quemaban vivos.»



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Definición de La Leyenda Negra Española.

El creador del término, Julián Juderías, lo describe en 1914 en su libro La Leyenda Negra como:
...el ambiente creado por los relatos fantásticos que acerca de
nuestra patria han visto la luz pública en todos los países, las
descripciones grotescas que se han hecho siempre del carácter de los
españoles como individuos y colectividad, la negación o por lo menos la
ignorancia sistemática de cuanto es favorable y hermoso en las diversas
manifestaciones de la cultura y del arte, las acusaciones que en todo
tiempo se han lanzado sobre España...

Julián Juderías.

La segunda obra clásica del tema es Historia de la Leyenda Negra
hispanoamericana de Rómulo D. Carbia. Si Juderías hizo más hincapié en
la vertiente europea de la leyenda, el argentino Carbia se centra en su
vertiente americana. Así, para Carbia, dando una definición más extensa
del concepto:
...abarca la Leyenda en su más cabal amplitud, es decir, en sus
formas típicas de juicios sobre la crueldad, el obscurantismo y la
tiranía política. A la crueldad se le ha querido ver en los
procedimientos de que se echara mano para implantar la Fe en América o
defenderla en Flandes; al obscurantismo, en la presunta obstrucción
opuesta por España a todo progreso espiritual y a cualquiera actividad
de la inteligencia; y a la tiranía, en las restricciones con que se
habría ahogado la vida libre de los españoles nacidos en el Nuevo Mundo y
a quienes parecería que se hubiese querido esclavizar sine die.

Rómulo D. Carbia.

Después de Juderías y Carbia muchos otros autores han definido y empleado el concepto.

En 1944, el American Council of Education, preocupado con el sesgo
antihispano del sistema y el material educativo en EE. UU., definió el
concepto en un largo informe como:
...un término empleado por los escritores españoles para denominar
al antiguo cuerpo de propaganda contra las gentes de la Península
Ibérica que comenzó en la Inglaterra en el siglo XVI y ha sido desde
entonces una conveniente arma para los enemigos de España y Portugal en
las guerras religiosas, marítimas y coloniales de esos cuatro siglos.

American Council of Education.

Philp Wayne Powel en su libro Tree of Hate (1971) define la leyenda negra básicamente como la creencia de que:
...los españoles se han mostrado históricamente como
excepcionalmente crueles, intolerantes, tiránicos, oscurantistas, vagos,
fanáticos, avariciosos y traidores; es decir, que se diferencian de tal
modo de los demás pueblos en estas características que los españoles y
la historia de España deben ser vistos y comprendidos en términos que no
son empleados habitualmente para describir e interpretar a otros
pueblos.

Philp Wayne Powel.

Un autor más reciente, Manuel Fernández Álvarez, ha definido la leyenda negra como:
Cuidadosa distorsión de la historia de un pueblo, realizada por
sus enemigos, para mejor combatirle. Y una distorsión lo más monstruosa
posible, a fin de lograr el objetivo marcado: la descalificación moral
de ese pueblo, cuya supremacía hay que combatir por todos los medios.

Manuel Fernández Álvarez.

Interpretaciones críticas y la llamada leyenda rosa.

En años recientes se ha formado un grupo de historiadores, entre los que
se encuentra Alfredo Alvar, Ricardo García Carcel, Lourdes Mateo Bretos
y Carmen Iglesias, que no creen en la existencia objetiva de la
leyenda, sino que consideran que la leyenda negra no es más que la
percepción que tienen los españoles sobre su imagen en el extranjero.
Carmen Iglesias lo expresa de la siguiente forma:
La "leyenda negra" es por así decir, la imagen exterior de España
tal como España la percibe... La leyenda negra consiste, por tanto, en
los rasgos negativos —que son objetivamente los más repetidos— que la
conciencia española descubre en la imagen de ella misma.

Carmen Iglesias.

García Carcel incluso niega directamente la existencia de la leyenda negra en su libro La leyenda negra:
Ni leyenda, en tanto en cuanto el conjunto de opiniones negativas
de España tuvieran no pocos fundamentos históricos, ni negra, dado que
el tono nunca fue constante ni uniforme. Abundan los grises, pero la
coloración de estas opiniones estuvo siempre determinada por los colores
contrapuestos de lo que aquí hemos llamado leyenda rosa.

Garia Carcel & Mateo Bretos.

En opinión del historiador e hispanista Henry Kamen, el concepto de
«Leyenda Negra» dejó de existir en el mundo anglosajón hace ya muchos
años, aunque se mantiene por cuestiones políticas internas españolas. La
posición de Kamen y su libro Imperio han sido fuertemente criticados
por Arturo Pérez-Reverte y José Antonio Vaca de Osma.

Varios historiadores e investigadores relacionan la leyenda negra
antiespañola y anticatólica, con su contracara la leyenda blanca o rosa,
propagandista de las conquistas e invasiones de la España católica.
Hendrik Henrichs explica este punto de vista en la Revista de Occidente
del siguiente modo:
Las naciones poderosas tienden a forjarse una imagen de sí mismas
que, en la mayoría de los casos, se fundamenta sobre un mito de origen y
una misión en el mundo. La propagación de esta imagen propia suscita a
menudo imágenes contrarias en los adversarios de dichas naciones
poderosas. En ese intercambio de imágenes internas y externas
relacionadas con la identidad y la importancia internacional de una
nación determinada se van acuñando frases lapidarias que quedan grabadas
en la memoria internacional... España, la primera potencia europea en
hacerse con un imperio mundial, constituye asimismo el primer ejemplo de
esa tensión entre imagen propia e imagen contrapuesta internacional en
la historia moderna. Simplificando, se podría decir que la imagen que
tenía España de sí misma coincidió durante mucho tiempo con la llamada
Leyenda Blanca. La imagen contraria aducida por los adversarios de
España se conoce como Leyenda Negra. Si bien estos términos datan de
finales del siglo XIX y principios del XX, el conjunto de imágenes
propias y contrapuestas al que representan es más antiguo.

Hendrik Henrichs.

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Existe también un paralelo entre la leyenda negra y el antiamericanismo
que el historiador William S. Maltby expresa de la siguiente manera:
En más de un aspecto, la posición de los Estados Unidos en el
siglo XX se asemeja a la de España en el siglo XVI. Blandiendo un
poderío enorme en defensa de un ideal esencialmente conservador, se
encuentra como blanco del odio y de los celos de amigos como de
enemigos. Nadie que lea los periódicos podrá dudar que las naciones del
mundo están compilando una nueva Leyenda Negra, ni de que los Estados
Unidos han disfrutado de un poderío mundial; como España, se han
permitido llevar la autocrítica hasta el extremo; y, a la postre, su
destino puede ser el mismo.

William S. Maltby.

Historia.

El origen Italiano.

El historiador Sverker Arnoldsson de la universidad de Goteborg, en su libro La leyenda negra. Estudios sobre sus orígenes, coloca el origen de la leyenda negra en la Italia medieval,
al contrario que otros autores anteriores que lo colocan en el siglo
XVI. Arnoldsson se basa en los estudios de Benedetto Croce y Arturo
Farinelli para afirmar que la Italia de los siglos XIV, XV y XVI era
eminentemente hostil a España. De hecho Arnoldsson divide la leyenda
negra en Italia en dos partes: la más antigua (de comienzos del siglo
XIV), anticatalana o antiaragonesa, y otra más moderna que se forma a
partir de 1500, y que ha permanecido posteriormente.

En su primera forma, anticatalana o antiaragonesa, la leyenda negra
comienza con la influencia política de la Corona de Aragón en
determinados territorios de Italia en el siglo XIII. La presencia de
príncipes, cortesanos, soldados y mercenarios (e incluso piratas)
aragoneses en Italia condujo a una reacción de la sociedad local, sobre
todo de las élites que se consideraban herederos de la Antigüedad
romana. Los hidalgos españoles comienzan a tener fama de rudos,
ignorantes, sin intereses intelectuales y ridículamente ceremoniosos. La
expansión aragonesa en el sur de Italia también coincide con el auge
del comercio en Barcelona y Valencia, competidoras para las ciudades
italianas del norte a partir del 1300, sobre todo en los mercados
mediterráneos occidentales. La reacción de nuevo será la extensión de
una imagen de avaricia y astucia infame de los comerciantes catalanes.
Un tercer punto en la percepción de la Corona de Aragón, y por extensión
de la Península Ibérica, de los italianos es la de inmoralidad y de
desmesurada sensualidad que creen ver en las cortes papales de Calixto
III y su sobrino Alejandro VI, ambos de origen valenciano, la corte
aragonesa de Nápoles y sobre todo de las cortesanas valencianas, que
eran muy conocidas en Italia. Finalmente, los elementos no europeos,
sobre todo la influencia judía e islámica, eran vistos con desconfianza.
Los judíos expulsados en 1492 llegaron en grandes cantidades a las
ciudades italianas, con lo que se llegó a confundir «marrano» con
«español», hasta el punto de que el papa Julio II llamaba «marrano
circonciso» a su predecesor Alejandro VI. La enemistad entre españoles e
italianos llegó al punto de que en 1503, tras la muerte de Calixto III,
hubo una persecución violenta contra los detestados nepotes catalanes,
que tuvo como resultado algunos muertos.

Aunque la leyenda negra anticatalana tuvo su origen en Italia, se
extendió al Mediterráneo oriental con las expediciones de los
almogávares, que influyeron decisivamente en el temor y rechazo que
adquirieron en dicha zona, que hicieron famosa la imprecación o insulto
¡venganza catalana te alcance!

Hasta el 1500 los catalanes representaban a ojos de los italianos
tanto a catalanes, como aragoneses, valencianos, castellanos o
portugueses, en fin, a los españoles.
Esta situación cambió a partir
de 1500, momento en el que Castilla comienza a tener la preeminencia
política, económica y militar sobre los demás reinos de la Península
Ibérica. Durante el siglo XVI, las intervenciones militares de tropas
españolas en Italia se generalizarán, no sólo con el consiguiente rastro
de destrucción y muerte que llevan las guerras, sino también con
infinidad de conflictos menores causados por soldados acuartelados que
no recibían sus soldadas a tiempo. Serán importantes en la formación de
la opinión italiana el saqueo de Prato de 1512, en la que se calculan
entre 500 y 5600 muertos según las fuentes, y sobre todo el saqueo de
Roma de 1527, a pesar de que también participaran tropas alemanas e
italianas. La imagen del español cruel, astuto y rapaz se fue
extendiendo. En 1559 Marcantonio da Mula comenta:
...es dudoso si esta brava gente han sido más útiles o más dañinos
a sus señores desde hace unos años, porque, así como han sido la causa
de darles victorias, también han hecho perder muchos corazones y
voluntades del pueblo con maltratarlo, y el corazón de los súbditos es
la mayor fortaleza que tiene el príncipe.

Marcantonio da Mula.

También el gobierno en Nápoles y otras dependencias de la Corona
Española eran causa de animadversión en la población. Así, por ejemplo, a
pesar de que los impuestos no eran excesivos se producían muchas
quejas. La Inquisición levantó muchas protestas contra el gobierno,
hasta el punto de que el descontento sobre los familiares contribuyó en
gran medida a los motines de 1511 y 1516 en Sicilia. En Nápoles, el
simple rumor de la sustitución de la inquisición episcopal por la
Inquisición española produjo un motín muy violento en 1547. El miedo,
que en Nápoles llevó al asalto del cuartel de soldados españoles y a
degollar a muchos, era causado en parte por sentimientos nacionalistas,
ya que se veía con razón a la Inquisición como un instrumento político
del rey. Finalmente, incluso la justicia española, que era
«excesivamente» imparcial, se ganó la enemistad de la aristocracia y las
clases privilegiadas.

En el plano cultural, los italianos eran conscientes de su superioridad
frente a los españoles, reduciendo la cultura española a las novelas
caballerescas, que los intelectuales atacaban desde el plano moral,
intelectual y estético. La influencia española en Italia en los siglos
XV y XVI fue enorme, hasta el punto de que aprender y escribir
castellano estaba de moda y las novelas de caballerescas Tirante el
Blanco y Amadís de Gaula eran lo más leído tanto en Italia como en
España. Esta consciencia era más dolorosa cuanto que les era evidente la
superioridad de las armas españolas.

Las teorías de Arnoldsson han sido puestas en duda por diversos
historiadores. En general, se basan en los siguientes argumentos:


1. Que los primeros escritos contra los españoles se hayan
escrito en Italia, no es óbice para poner allí el origen de la leyenda
negra: es una reacción normal en cualquier sociedad que se ve dominada
por poderes extranjeros.


2. La leyenda negra implica una cierta tradición, lo que no se puede
afirmar del caso italiano que se basaba exclusivamente en una reacción a
la presencia reciente de tropas españolas.


3. Desde finales del siglo XV y principios del XVI, existían también
muchos que admiraban España y sobre todo a Fernando el Católico.


El origen Alemán.

Arnoldsson ha dado un segundo origen de la Leyenda negra en Alemania.

Antes de la Guerra de Esmalcalda apenas existían contactos entre la
Península Ibérica y el Sacro Imperio. Solamente algunas relaciones
comerciales, como los de las familias Fugger y Welser, los relatos de
peregrinos a Compostela o los tratados de geógrafos y cosmógrafos, como
los de Sebastian Münster, daban noticias, en general, negativas, sobre
el pueblo hispano. El humanismo alemán fue muy nacionalista y se creó
más bien en oposición al humanismo italiano, ensalzando a los
antepasados germánicos frente al enemigo romano. Sin embargo, tanto en
Ulrico de Hutten como en Martín Lutero, los dos autores más influyentes
de comienzos del siglo XVI, comienza a confundirse lo italiano con das
welsche, el mundo latino o lo romance, en el que se incluye Francia,
Portugal y España, con el matiz de «falso, inmoral, extranjero en
oposición a lo nacional».

Lutero sintió una evidente enemistad por España, a pesar de que todavía
no era la potencia militar y cultural que llegaría a ser más tarde, y su
pensamiento tuvo una influencia posterior indudable. Para Lutero, los
españoles eran ladrones, falsos, orgullosos y lujuriosos. La enemistad puede tener varios orígenes, de entre los que Arnoldsson destaca:

- la identificación de Italia, España y el papismo, con lo que lo
españoles quedaron caracterizados como crueles, rapaces, inmorales y
falsos;
- su antisemitismo, ya que consideraba a los españoles descendientes de los judíos, «sunt plerunque Marani, Mamalucken»;
- su temor a una invasión española y turca, pueblos que consideraba próximos.

...Ideo prophetatum est Hispanos velle subigere Germaniam aut per
se aut per alios, scilicet Turcam [...] Et ita Germania vexabitur et
viribus ac bonis suis exhausta Hispanico regno subiugabitur. Eo tendit
Sathan, quod Germaniam liberam perturbare tentat.

Lutero

Sin embargo, no sería hasta la Guerra de Esmalcalda que estas opiniones
se generalizaron entre el pueblo germano. La propaganda de guerra de la
Liga de Esmalcalda era muy nacionalista e identificaba a su enemigo,
Carlos V, con los extranjeros, con Roma, el Catolicismo, el papa y
España, a pesar de que entre los partidarios de Carlos V también había
alemanes y protestantes: no querían ser «gobernados por españoles».
Comienza la imagen del rey de España como adalid del Catolicismo, en
parte promovida por la propia corona. Pero sobre todo contribuyeron a
ese odio las tropelías de las tropas de Carlos V, compuestas por
españoles, italianos y alemanes. Ese ambiente nos viene transmitido por
numerosas canciones de guerra:

Hemos llegado a conocer

la falsedad de los españoles


desde no pocos años atrás,


la inmoralidad/maldad welsch no es cosa nueva;


violan mujeres y niños,


nos roban propiedades y bienes;


son cortesanos del diablo


y nos hacen mucho mal.


Canción transmitida por Liliencron


En 1566 se publicaron las conversaciones de Lutero, en las que daba su conocida opinión sobre los españoles.
En 1567 se publicó en Heidelberg el Sanctae Inquisitionis Hispanicae
Artes (Exposición de algunas mañas de la Santa Inquisición Española)
bajo el seudónimo Reginaldus Gonzalvus Montanus. Parece que Gonzalvus
era un seudónimo de Antonio del Corro, un teólogo protestante español
exiliado en los Países Bajos, que sólo pretendía informar a Felipe II y
al pueblo español de los peligros de la Inquisición española, dominada
por los dominicos. El libro fue un éxito inmediato, entre 1568 y 1570
hubo dos ediciones en inglés, una en francés, tres en holandés, cuatro
en alemán y una en húngaro y continuó publicándose y citándose hasta el
siglo XIX. El libro fue una magnífica arma contra los católicos y
españoles en manos de los protestantes, ya que mostraba las acciones de
la Inquisición española, y por extensión del Catolicismo y de España,
como una violación de la ley natural, presentando algunas de las
prácticas más extremas de la Inquisición como la regla y a todo acusado
como inocente.

Hacia finales del siglo XVI se introduce en la Leyenda negra un cierto
tinte racista bajo la influencia de panfletos franceses y neerlandeses:
la importante proporción de judíos y moros, el tinte moreno y la
estatura serán anatemizados por los intelectuales alemanes.

Los españoles comen pan blanco y besan mujeres rubias con mucho gusto, y son tan negros como el rey Baltasar y su mono.
Johann Fischer, Geschichtklitterung (1575)

Marina
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